miércoles, 12 de enero de 2011

UN "GATO" EN LA CABALGATA DE POPAYÁN

UN GATO EN CABALGATA
Por: Henry Benavides

El día 4 de enero de 2011 en la ciudad de Popayán, departamento del Cauca, república de Colombia, un gato participó en una cabalgata.

Tradicionalmente en la capital caucana se realiza un desfile de caballos durante la realización de las denominadas Fiestas de Pubenza, que de acuerdo a la historia fueron una copia de las fiestas de Pasto denominadas “Carnavales de Blancos y Negros”, que se realizan durante los días 5 y 6 de enero de cada año.

La oligarquía terrateniente de Popayán en los años 60 del siglo XX quiso compensar al pueblo payanés con unas fiestas que emularan lo que el pueblo nariñense ya había inventado hacía varias décadas, dado que allí negros, mestizos, indios y blancos habían construido una forma de encontrarse y reconocerse.
Utilizaron una “fiesta de negros” que había quedado de tiempos de la esclavitud cuando los españoles y encomenderos le habían impuesto las celebraciones de la navidad pero sólo le permitieron a las comunidades afrodescendientes hacerlo en fecha posterior al 25 de diciembre. Es el origen de las “Adoraciones del Niño Dios” que todavía se celebran en muchas regiones de Colombia.
Más adelante fue introducida la cabalgata. Esta es una tradición española que quedó de viejas y antiguas épocas en la península ibérica – en la edad media – donde los señores feudales recorrían sus territorios conquistados o recuperados, y que se repite en América cuando los encomenderos españoles asistían a los pueblos de indios a recaudar impuestos acompañados de sus ejércitos, curas doctrineros y recaudadores, realizando visitas que coincidían con las fiestas de cosecha, especialmente del maíz.
La cabalgata convocó aproximadamente a 200 caballos de gran clase y categoría, del llamado paso fino. Los jinetes son de variada composición social. Unos pocos, de las familias poderosas de la antigua aristocracia terrateniente que ahora está refugiada en Cali o en otras ciudades, después de que su poder territorial fue mermado y casi extinguido por la resistencia india y la recuperación de sus tierras ancestrales. Otros jinetes, son nuevos ricos de la región que han construido empresa en forma legal, aunque son escasos. La mayoría es gente que ha podido canalizar recursos de la economía del narcotráfico o que se constituyen en una clase semi-burguesa emergente como fruto de la exacción y robo de los recursos que maneja el Estado.

También desfilan jinetes de clases subordinadas que hacen todos los esfuerzos por aparentar lo que no son. Alquilan caballos y llevan a sus novias o esposas para aparentar un poder económico que no tienen pero que aspiran conseguir. Así mismo no dejan de aparecer los mandaderos de los grandes oligarcas entre los cuales se destaca el alcalde y demás funcionarios, sin que falten los políticos de carrera, entre los que están los que actualmente ejercen cargos públicos y aquellos que desean ser elegidos en las elecciones que se realizarán este año de 2011.
Todos los caballos proceden de grandes y ricas haciendas del Valle del Cauca y de algunas fincas del Cauca, en donde los animales cuentan con buena alimentación y cuidado profesional por parte de veterinarios especializados. Cualquier familia trabajadora anhelaría tener la atención y alimentación que tienen estos caballos por parte de sus dueños.
A lo largo del recorrido sale un numeroso público a presenciar el paso de los caballos y de sus relucientes jinetes, entre los que se destacan bellas mozas payanesas, de todas las clases sociales, pero especialmente aquellas provenientes de una clase media que aspira a “casar” a alguna de sus jovencitas con un “buen partido”, un ricachón, un funcionario de buen nivel, o por lo menos, con un “mafiosito” ascendido a finquero de nuevo tipo.

También se aprecia la “participación” de una gran cantidad de vendedores ambulantes que aprovechan la euforia y el ánimo de los participantes, de a pie y de a caballo, para vender toda clase de productos, que van desde el llamado “Carioca”, que es una espuma que reemplaza los talcos y polvos utilizados anteriormente, hasta agua, licores, comidas de toda clase, así como harinas y cales ordinarias para el pueblo que no tiene con que comprar el nuevo producto para echarle a los demás los “blanquitos” y así sentirse partícipes de una fiesta que convoca a todo el mundo pero que exige tener dinero en los bolsillos para de verdad gozársela a plenitud.
En ese marco es que nuestro “Gato” participa. Se introduce en la cabalgata con una figura parecida a la del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, con un caballo artificial construido con una armadura similar a una “vaca loca”, y llevando en sus costados unos letreros que hacen referencia a la situación actual del país.

“La misma M”, dice uno; el otro lleva una pregunta que dice “¿Y del salario mínimo y la gasolina qué?”, y una final hace referencia a el famoso desfalco de Probolsa, el cual fue el más aplaudido durante el recorrido por parte de la comunidad.
¿Cómo se explica que un personaje como El Gato se “cuele” en la cabalgata de las clases dominantes de Popayán?

¿Cómo lo reciben los participantes? ¿Qué significado hay en esa participación? ¿La gente entiende el mensaje o es sólo percibido como un simple bufón?

Hay que recordar que los reyes europeos inventaron la figura del “bufón” para intentar minimizar las burlas que el pueblo había empezado a construir alrededor de unos monarcas que no hacían nada por sí mismos ni mucho menos por el mejoramiento de la vida del pueblo. Pero esos bufones eran escogidos entre los mejores payasos y cómicos que surgían y que se prestaban a convertirse en “burleteros de la corte” a sueldo, o sea comprados para competir con los chistes y demás burlas que ridiculizaban a los poderosos de ese tiempo.
En nuestro caso, “El Gato” no es parte de los “cortesanos” que le hacen el coro a los pequeños ricos de la región que quieren posar de poderosos pero que sólo son residuos de un pasado que ya está superado por la historia. El “gato” es expresión de una lucha popular que empieza a manifestarse contra la corrupción de la clase dominante de la región y los políticos corruptos que año a año despilfarran el escaso presupuesto de los entes territoriales.

La reacción frente a la presencia del “gato” es variada. Los pocos oligarcas de vieja data lo consideran un bufón, pero ante su crisis existencial ya dan muestras de irritamiento. Los nuevos ricos lo consideran un impertinente pero es tal su ignorancia política que no perciben el contenido de su papel. Los mandaderos, políticos y pequeños administradores públicos, son los más molestos, se incomodan, quisieran sacarlo de la cabalgata pero no pueden hacerlo e hipócritamente sonríen al paso de los aplausos que se va ganando el “Gato” a medida que la gente va entiendo que es una parodia para denunciar los problemas que vive el pueblo caucano y colombiano.
El pueblo en general aplaude a un “Gato en cabalgata” y poco a poco va entendiendo su mensaje.